Más diversificación que transición: el balance del gobierno Duque en materia de transición energética

El artículo ofrece un balance del Gobierno de Iván Duque (2018-2022) de Colombia en materia de transición energética e intenta dar respuesta a diversas interrogantes como ¿cuál es el balance que deja en materia de transición energética? ¿Cuáles son las tensiones con la agenda global? ¿En qué se diferencian sus políticas de las visiones con las que inicia el Gobierno de Petro? ¿Cuál es su legado y cuáles son los retos que deja?

Basados en el análisis de documentos de política, artículos de prensa y observación participante en discusiones relevantes, los autores argumentan que el Gobierno de Duque avanzó en la diversificación de fuentes de energía dando un impulso a proyectos de energías renovables, e inició una discusión sobre los minerales de la transición. Sin embargo, mantuvo la apuesta del país frente a los combustibles fósiles sin un análisis riguroso de los riesgos de esta estrategia ante las tendencias globales. También se cuestionan los vacíos en materia de participación ciudadana y de las comunidades, y se plantean algunos retos de la propuesta del Gobierno de Gustavo Petro (2022-2026) en materia de transición energética.

En este contexto, NRGI aporta en la construcción de marcos de políticas para la transición en países en desarrollo, especialmente para los países productores de hidrocarburos y minerales. En efecto, la importante dependencia de algunos países respecto de la industria extractiva tanto en términos fiscales y económicos, como sus impactos socioambientales plantea desafíos adicionales a las políticas de transición pues, desde la perspectiva de gobernanza, no se trata solo de lograr un cambio tecnológico, sino de cuidar, desde una mirada comprehensiva, el impacto que el proceso y el resultado tienen en la ciudadanía.

Algunas consideraciones a tomar en cuenta:

• Los países con economías altamente dependientes de la producción de combustibles fósiles tiene como reto fundamental el manejo de los riesgos de la transición. Más aún ahora que, desde la perspectiva económica, las proyecciones de reducción mundial de demanda y caída de precios del carbón y el petróleo constituyen un riesgo — no solo económico sino también ambiental— considerable para los países exportadores.

• La transición energética doméstica es otro de los retos en países productores de hidrocarburos y minerales, muchos de los cuales aún presentan brechas importantes en materia de acceso a energía. A este contexto se suma la discusión sobre el uso del gas como combustible de transición.

• La transición energética es altamente intensiva en minerales, esto implica una oportunidad para los países ricos en estos recursos que se debe manejar adecuadamente, desde la gobernanza, la gestión de las expectativas, hasta la redefinición de los instrumentos fiscales y de política.

• Una adecuada gobernanza de la transición implica que el proceso de transformación y sus resultados permitirán reducir las desigualdades estructurales que han caracterizado los sistemas energéticos anteriores. Para ello, se debe garantizar la participación ciudadana, especialmente de las comunidades tradicionalmente excluidas como las voces desde el territorio, las mujeres, los jóvenes, los trabajadores, las comunidades étnicas y otros grupos sociales.