Entre inacción y avance: las respuestas variadas de las estatales petroleras latinoamericanas al riesgo de transición energética
Como mucho de lo que sucede en el debate climático, las opiniones sobre si la transición energética global reducirá sustancialmente o no la demanda de petróleo y gas en las próximas décadas están polarizadas. Es comprensible que la mayoría de los representantes de la industria petrolera crea, o espere, que aún quedan muchos años de ganancias.
Apostando por una transición lenta
Las empresas petroleras estatales (NOC, por las siglas en inglés de National Oil Companies) están haciendo grandes apuestas sobre la idea de que aún quedan muchos años para seguir explotando estos recursos y generar ganancias. Sin embargo, es posible que estén equivocadas y esto presenta un riesgo sustancial no solo para las propias NOC, sino, y más importante aún, para sus gobiernos y los ciudadanos.
Por ejemplo, en un escenario de transición de ritmo moderado, en el que los gobiernos cumplan con sus actuales promesas de transición a energías limpias, gran parte de los proyectos de inversión de las NOC no generarán ganancias, más aún si, como se espera, en los próximos años los gobiernos a nivel mundial aumentan sus compromisos de transición. Sin embargo, en el caso de América Latina, es posible que las petroleras estatales inviertan USD 289 mil millones en activos de alto riesgo en la próxima década, lo que representa más del doble de lo que la región invirtió en energía renovable durante los últimos diez años.
Proporción de las carteras de inversiones que no logran alcanzar el punto de equilibrio en una transición energética a ritmo moderado
Por otro lado, las adquisiciones de las NOC, ya sea mediante compras o renuncias por parte de otras empresas, son apuestas adicionales. Las NOC latinoamericanas están asumiendo algunos de los activos más riesgosos a medida que las compañías petroleras internacionales se deshacen de ellos. Se estima que las 10 mayores adquisiciones de NOC latinoamericanas desde principios de 2014 no alcanzarán el punto de equilibrio en un escenario de transición energética de ritmo moderado.
Grandes apuestas requieren grandes bolsillos
Es comprensible que las NOC estén haciendo apuestas tan grandes. Nadie sabe qué tan rápida será la transición energética global. En un escenario de transición lenta, estas inversiones podrían dar buenos resultados como ha sucedido anteriormente en los casos de Pré-Sal, de la brasilera Petrobras o Vaca Muerta, de la argentina YPF.
Sin embargo, los buenos apostadores saben cuánto riesgo asumir y cuándo retirarse sin malgastar su patrimonio. Por tanto, los gobiernos deben prestar más atención a las NOC y sus apuestas. En primer lugar, los gobiernos deben preocuparse cuando las empresas tomen decisiones que supongan gastar gran parte de sus inversiones en activos que no serían rentables en una transición energética de ritmo moderado. Por ejemplo, es probable que más de una cuarta parte del valor de las inversiones que se espera que YPF, Pemex y Ecopetrol realicen durante la próxima década no alcancen el punto de equilibrio en un escenario de transición energética moderada. Los gobiernos de estos países no han tomado suficientes medidas para evitar estas apuestas arriesgadas a tiempo.
En segundo lugar, deben tomar en cuenta que las NOC que comienzan con finanzas débiles están en desventaja para asumir grandes riesgos; sin embargo, este contexto puede generar una respuesta variada dependiendo del nivel de gobernanza financiera. Por ejemplo, la mexicana Pemex es la petrolera estatal más endeudada del mundo y una creciente preocupación para el gobierno federal que asumirá en octubre de 2024. De otro lado, están las NOC de la región que, en comparación con el promedio mundial, tienen elevadas proporciones de deuda con respecto a sus activos pero que operan bajo una gobernanza financiera relativamente sólida como en el caso de Petrobras, YPF y Ecopetrol que cotizan en la bolsa de valores, lo que las somete a normas de transparencia financiera relativamente estrictas y, además, son empresas que operan de forma más independiente de sus gobiernos.
Pasivos totales de las NOC como proporción de los activos totales (2011-2021)
Tercero, los gobiernos deben analizar su capacidad de respuesta ante las apuestas de las NOC. Los gobiernos con finanzas débiles tendrán menos capacidad para apoyar a las empresas petroleras estatales cuyas apuestas fracasen.
De los gobiernos con NOC en todo el mundo, los latinoamericanos se encuentran entre los más endeudados. Además, a medida que el mundo se aleja de los combustibles fósiles no solo fracasarán las apuestas arriesgadas de las NOC, también disminuirán los ingresos fiscales procedentes de la industria petrolera —con pocos países que podrían llegar a protegerse a través de mercados domésticos aislados de estos cambios globales—. Esto es especialmente preocupante para los gobiernos cuyos presupuestos nacionales dependen de los ingresos asociados a los hidrocarburos como Venezuela, Bolivia y Ecuador, donde se estima que los ingresos disminuirán en más del 80 por ciento en un escenario de transición energética de ritmo moderado.
Respondiendo al riesgo de la transición energética
Aunque las continuas inversiones de las NOC son problemáticas para sus gobiernos, entre las estatales petroleras de América Latina, y de acuerdo con la investigación que realizamos tomando como fuente las publicaciones oficiales de las empresas (hasta mediados de 2022), solo Petrobras y Ecopetrol reconocieron públicamente el creciente riesgo que implicaba la transición energética para sus proyectos futuros. Ambas empresas mencionan las evaluaciones del riesgo de la transición y los planes para su mitigación. De otro lado, YPF ha reconocido el riesgo de la transición y ha publicado planes de respuesta, aunque la compañía no ha publicado aún una evaluación del riesgo.
Nivel de preparación de las NOC para gestionar el riesgo de la transición energética (a partir de sus declaraciones publicadas hasta mediados de 2023)
Variación regional en los planes de negocio y de descarbonización
Sin embargo, la viabilidad de estos planes permanece aún incierta. Las principales NOC de la región están invirtiendo cantidades significativas en proyectos de petróleo y gas aguas arriba (upstream) que no son viables en un escenario de transición moderada.
La mayoría de las NOC en todo el mundo han manifestado su interés por invertir en energías renovables, pero ni Pemex ni PDVSA las mencionan como se puede ver también en nuestro análisis. La mayoría de las empresas petroleras estatales a nivel mundial ha expresado su intención de invertir en petroquímicos, pero la única latinoamericana en este grupo es Ecopetrol. Sin embargo, no está claro aún si las inversiones en energía renovable o petroquímicos diversificarán el riesgo asociado con la disminución de la demanda mundial de combustibles derivados del petróleo.
En contraste, Petrobras se está enfocando en sus proyectos de petróleo en el presal y, en cambio, ha desinvertido en activos aguas arriba menos valiosos. Recientemente, se ha desprendido de negocios auxiliares en las áreas de refinación, transporte, biocombustibles y fertilizantes.
Algunas NOC se han comprometido a descarbonizar sus operaciones. Petrobras y YPF se han comprometido a reducir las emisiones provenientes de la extracción, procesamiento y transporte de petróleo y gas (llamadas emisiones de Alcance 1 y 2). Ecopetrol también se ha comprometido a reducir las emisiones derivadas de la combustión (emisiones de Alcance 3), aunque la compañía afirma que lo hará mediante la compra de compensaciones o bonos de carbono.
Los planes para una transición justa que incluyan medidas para apoyar a los trabajadores y a las comunidades no aparecen en las publicaciones de las NOC analizadas, en contraste con los planes publicados por algunas compañías petroleras internacionales.
Acciones de mitigación
Si el mundo continúa alejándose de los hidrocarburos, los ingresos gubernamentales procedentes del petróleo disminuirán, y una gran parte de las carteras de inversión de las NOC no generará ganancias. Las NOC latinoamericanas como Ecopetrol y Petrobras están empezando a responder, mientras que otras, al menos públicamente, están ignorando el riesgo. Sin embargo, incluso aquellas que parecen ser líderes tienen aún un largo camino por recorrer: las intenciones declaradas de Ecopetrol y Petrobras necesitan traducirse en decisiones de inversión y resultados que salvaguarden el capital público.
Authors
Fernando Patzy
Andean Manager
Andrea Furnaro
Senior Policy Analyst
David Manley
Lead Economic Analyst – Energy Transition
Maria Camila Huertas
Program Officer